Se cree que empezó con la colonización belga y cómo cuando se marcharon no dejaron ni las bicicletas, los jóvenes empezaron a fabricar sus vehículos de transporte personal de propulsión humana y con ellos viajan, cargan y recorren grandes distancias.
Aquí te dejo, estimado cibernauta, unas imágenes elocuentes de las bicicletas-patinete de madera que más parecen tronco-móviles y que se fabrican en el Congo, un país independiente que un día fue propiedad del rey Leopoldo II de Bélgica que lo colonizó y saqueó brutamente.